El hecho ocurrió en agosto cuando la mujer se bajaba de un auto y dos perros se abalanzaron sobre ella. Le mordieron ambas piernas y el brazo.
En la tarde del 3 de agosto, Marta bajaba de su vehículo en la calle Piedras al 600 en el barrio Belgrano de Bariloche, cuando dos perros se abalanzaron sobre ella y le mordieron ambas piernas y el brazo, generándole una fractura. La mujer fue trasladada de urgencia al Hospital Privado Regional y días después, decidió radicar contra la dueña de los perros Ovejero Alemán.
El juez de Garantías Ricardo Calcagno dio por formulados los cargos por lesiones graves culposas este viernes. «A causa de la negligencia en el accionar (por parte de la propietaria de los perros), no se procuró los medios necesarios para que dichos canes se mantuvieran dentro de su propiedad«, indicó el fiscal Marcos Sosa Lukman.
Desde la defensa aclararon que se trabaja en una «solución alternativa al conflicto»; mientras que la querella pidió el retiro de los dos perros del predio «por una cuestión de seguridad» para la víctima que visita frecuentemente ese lugar ya que allí vive una prima y también solicitó un embargo. Ambos planteos fueron rechazados por el magistrado.
«Quiero aclarar que mi propiedad sí posee un cerco y mis perros están en un jardín posterior. Tengo 77 años y vivo sola. Esta perra, por más de una vez, me ha protegido. Es celosa y ahí reaccionó«, manifestó consternada la mujer acusada durante la audiencia.
Dijo que esa tarde, acababa de entrar al perro del patio trasero para darle de comer: «Nunca imaginé, fue una lamentable circunstancia que el perro abriera la puerta y saliera. Estuvo mal. Yo acepto que fue malo«.
Dos años atrás, el juez civil de primera instancia de Bariloche Santiago Morán, admitía una demanda que promovieron los padres de un niño que fue atacado y mordido por un pitbull. En esa ocasión, se condenó al propietario del perro a pagar 800.000 pesos, en concepto de indemnización por los daños y perjuicios que el chico sufrió.
En el verano, un perro atacó a una mujer de 56 años en el barrio Nahuel Hue, al sur de Bariloche. La mujer sufrió graves heridas que le generaron una infección. «Fui a ver a mi hijo a su casa y un perro Pitbull que estaba suelto me mordió las dos piernas y el brazo. Me tiró al piso y me arrastró. Si, en ese momento, no llega mi marido que le tiró un piedrazo y lo ahuyentó, me mata«, contó la mujer a RIO NEGRO en esa oportunidad.
El Departamento de Zoonosis de Bariloche recibe cuatro denuncias semanales por casos de mordeduras de perros.
En el área trabajan dos veterinarias y un inspector que, ante cualquier presentación, concurren al lugar. «Para esto, la persona afectada debe traer una exposición policial y un certificado médico de atención primaria», explicó la veterinaria Mara González Alves.
Por lo general, comentó, los casos se producen porque los animales están sueltos en la vía pública: «Muchos vecinos no tienen el perímetro en su terreno y de esta forma, no pueden mantener los animales adentro», señaló.
González Alves advirtió que si se trata de un animal que está en la vía pública y no tiene dueño, se procede a capturarlo y llevarlo a la perrera. «Sabemos que es difícil para la persona que fue mordida, pero siempre pedimos que logren identificar, por lo menos, el color«, dijo.
Una vez que el animal muerde a una persona, debe permanecer cautivo en su domicilio durante 10 días para realizar una observación antirrábcia. Desde Zoonosis se realiza, pero muchas presentaciones exceden el plazo necesario.
«A veces, los dueños del animal lo controlan en forma privada porque entienden la gravedad del problema; pero otras veces no lo hacen», recalcó González Alves. Sucede que, en esos 10 días, el animal puede presentar sintomatología compatible con rabia, como decaimiento, conductas que no son habituales (estar más asustado), tener inapetencia y sufrir movimientos neurológicos, como una convulsión.
La profesional aseguró que, en el último tiempo, muchos tutores de animales no les aplican las vacunas antirrábicas, que debería llevarse a cabo todos los años.
«En los 10 días de observación, el animal puede morir si tiene el virus de la rabia. En este momento, no tenemos casos positivos para rabia urbana entre caninos y felinos, pero sí hay rabia aérea por los murciélagos que pueden entrar en contacto con perros o gatos», indicó.
El año pasado, se detectó un foco de rabia aérea en la zona del barrio Lera y en la zona del kilómetro 13 de la avenida Bustillo, al oeste de Bariloche. La profesional señaló que hay que prestar especial atención a un murciélago volando durante el día: «No es habitual, es raro. En ese caso, la gente debe comunicarse de inmediato con Uresa (Salud Ambiental) al 294-4426118 o dirigirse a la calle Villegas 447», dijo. (Rionegro.com.ar)