Hoy la realidad nos ha superado, ya que nos enfrentamos a una “cultura de policonsumo” (dos o más sustancias psicoactivas) en la conducción de automotores...
Mientras algunos se “entretienen” discutiendo la validez de la aplicación de la “Tolerancia 0” al alcohol en la conducción de automotores, para los conductores particulares, la realidad de lo que eventualmente “consumen” dichos conductores nos sobrepasa. Futbolisticamente hablando ya “nos hicieron 10 goles y todavía ni tocamos la pelota”.
Y enfatizo la consideración de conductores particulares, ya que hace décadas y mayoritariamente en este mundo, para los conductores profesionales siempre se aplicó la Tolerancia 0. Pero parece que para algunos existe alguna extraña razón biológica que lo hace válido para unos y no para los otros. Extrañamente, para otros, la tecnología puede errar para unos y no para los otros.
Hoy la realidad nos ha superado, ya que nos enfrentamos a una “cultura de policonsumo” (dos o más sustancias psicoactivas) en la conducción de automotores. Hasta hace 10 años atrás considerábamos la posibilidad de controles no sólo de alcoholemia, sino también otros para ciertas sustancias ilegales. De hecho se compraron en la Ciudad de Buenos Aires algunos equipos de esta naturaleza como experiencia piloto. Lamentablemente los reactivos insumidos en tales controles son de una alta relación costo-beneficio. En aquel momento considerábamos los controles en forma separada.
Hay, sin embargo, un dato que no podemos ignorar. Actualmente en el policonsumo una de las sustancias, en el 80 % de los casos, es el alcohol. Este dato hace que, por lo menos en el presente, sea más necesario aún aplicar la “Tolerancia 0” al alcohol, ya que de esa forma no sólo atendemos al alcohol en la conducción sino que, indirectamente, al no existir una limitación política (0,5 o más) superior a 0, atendemos a la influencia negativa de otras sustancias en conductas asociadas al policonsumo donde el alcohol esté presente.
En una coyuntura en la cual la sociedad se moviliza (hasta que lamentablemente lo “naturalice”) por las muertes producidas por el “policonsumo” de sustancias en eventos y fiestas, me atrevo a sospechar (sin poder probarlo) muchas más víctimas en siniestros viales protagonizados por personas que conducen sus automotores al término de dichos eventos bajo los efectos de ese “policonsumo”.
En los últimos meses observamos a varios Municipios que se SUMAN al "Alcohol 0".
Y está bueno que en una nación federal la "responsabilidad" inicie en las jurisdicciones locales y autónomas, ya que SUS AUTORIDADES son los PRIMEROS RESPONSABLES de su COMUNIDAD y de la SALUD VIAL de ella.
Una ley nacional requeriría "adhesiones" ya que no podría imponerse “per se” en un país donde constitucionalmente dicha competencia NO fué delegada. Aunque si demostraría un camino hacia una política de estado...
Pero la asunción del tema por parte de los Municipios “implica una responsabilidad ética, social y política incalculable para las autoridades competentes desde que equivale a decidir de antemano cuántas personas morirán, serán heridas o quedarán discapacitadas y sufrirán las dolorosas secuelas socioeconómicas consiguientes” conforme expresara Carlos Tabasso.
Dr. Eduardo Bertotti
Director ISEV