El fenómeno afectó la planta que General Motors tiene en Kentucky. Las pérdidas se calculan en más de US$ 7 millones.
El fenomenal y devastador tornado ocurrido sorpresivamente en las puertas del invierno de Estados Unidos sigue mostrando secuelas. En este caso, sólo materiales. La fábrica de General Motors de Bowling Green, Kentucky, fue testigo de la fuerza destructiva de la naturaleza: 122 unidades del Chevrolet Corvette C8 quedaron destruidas y ya fueron enviadas a desguace como un destino final jamás imaginado.
En Estados Unidos se conoce como el Callejón de los Tornados a la vasta zona de aquel país que cada año es azotada por una sucesión de este tipo de fenómenos meteorológicos, especialmente en primavera y en verano, Lo que acaba de ocurrir con el devastador suceso de diciembre, con el invierno en ciernes, fue toda una sorpresa.
Kentucky fue el estado más castigado por los tornados de diciembre. Allí se reportaron al menos 80 personas fallecidas por la fuerza del fenómeno, con ráfagas superiores a los 170 kilómetros por hora. Esos vientos pasaron por la planta de GM e hicieron un desastre.
Una vez que General Motors reunió las 122 unidades de Corvette en un predio, se dejó testimonio de la singular alienación con imágenes realizadas con un drone. Se viralizaron rápidamente e impactaron en una comunidad de fanáticos del modelo que es parte de la cultura de los estadounidenses y uno de los representantes más fieles de su pujante industria automotriz.
Los vientos fuertes generaron un incendio en los techos de la fábrica, con un fuego que se alimentó también por la rotura de un conducto de combustible. Además, el agua también ingresó a las instalaciones y afectó a los modelos que estaban en plena producción, de los que deterioró los interiores y la electrónica.
En esa planta trabajan unos 1.400 operarios que resultaron ilesos el día que el tornado pasó por allí con su potencia arrolladora. Sin embargo, debieron suspender la producción para dar paso a los trabajos de limpieza y reparación de las instalaciones. Se estima que a mediados del mes de enero la producción retome su ritmo habitual.
Bowling Green es la casa del Corvette desde 1981. Tiene un museo con todos los ejemplares que allí se produjeron y hay visitas guiadas a la que acceden turistas de diferentes partes del mundo. A su vez, en el predio funciona el Performance Center, donde se desarrollan los motores más potentes de General Motors con lubricación por cárter en seco.
Desde el comienzo de sus actividades hasta la actualidad, el polo productivo fabricó más de un millón de unidades, alrededor de 70 por día de este emblemático modelo que salió a la luz en el Autoshow de New York, en 1953, como un concept car.
Los Corvette destruidos por el tornado están equipados con un motor naftero V8 de 6.2 litros que eroga 480 CV y alcanza un torque máximo de 612 Nm. Un equipo de pruebas de General Motors registró con este vehículo una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,7 segundos. A su vez, puede alcanzar una velocidad máxima de 312 km/h.
La gran incorporación de la última generación del Corvette C8 es su nueva plataforma de motor central trasero longitudinal. Una ventaja considerable respecto a su desempeño frente a sus rivales en el mercado.
La cifra por las pérdidas ocasionadas debido al tornado en la planta de General Motors en Kentucky es significativa. Según trascendió, fueron 122 autos los afectados por la acción brutal de la naturaleza. Tomando el precio base de 62.000 dólares de este modelo de Chevrolet en Estados Unidos, el valor de los daños se calcula en 7,5 millones de dólares.
(Fuente: CNN)
