Un grave caso de siniestros viales en la esquina de Nazca y Juan B. Justo. El conductor debió ser esposado después del accidente y la mujer hospitalizada.
Otro grave caso de siniestros viales se produjo cuando un joven que manejaba alcoholizado pasó 12 semáforos en rojo y terminó chocando contra el auto de una mujer integrante de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires que iba a trabajar. Por el impacto, la oficial debió ser hospitalizada.
El hecho ocurrió este sábado, a las 5.30, en la esquina de Nazca y Juan B. Justo, del barrio porteño de Flores, cuando el conductor de 25 años, a bordo de un Ford Falcon naranja, iba pasando semáforos en rojo desde la avenida Rivadavia, y terminó embistiendo al auto de la mujer policía, un Chevrolet Cobalt. El conductor se resistió al procedimiento policial y quedó detenido.
La mujer policía tuvo que ser asistida por una ambulancia del SAME y trasladada al hospital Álvarez, donde se le diagnosticó un "latigazo cervical", lesión que se produce por un movimiento rápido y enérgico del cuello, hacia atrás y hacia adelante, y afecta los ligamentos, músculos y vértebras del cuello.
Según trascendió, la oficial iba por Juan B Justo rumbo a su trabajo, en Palermo, donde ingresaba a las 6, cuando se cruzó en su camino el Falcon, al que impactó de lleno en el lado del conductor.
El conductor del Falcon, que iba acompañado por otro hombre, se negó a cooperar con la policía, por lo que terminó detenido. Por este mismo motivo no pudieron realizarle el test de alcoholemia, aunque su acompañante aseguro que "venían de un baile".
El acompañante del joven que generó el choque contó que lo ocurrido fue por "manejar un auto de fabricación ordinaria y con muchas fallas", pero no pudo precisar que falla mecánica habría ocasionado el siniestro. "No vi nada porque iba distraído con el celular", explicó.
Según la Policía, ni el acompañante ni el sujeto que manejaba llevaban puesto el cinturón de seguridad y agregaron que el conductor del Falcon estaba fuera de sí, quiso agredir a la mujer, por lo que tuvo que ser esposado y subido a uno de los patrulleros, donde siguió gritando hasta que llegó un familiar suyo al lugar.
(Fuente: Diario Popular)
