El hecho ocurrió en Florida, Estados Unidos; la clínica quiso convencerla de que se trataba de “una cirugía gratuita”...
Una mujer de 29 años fue víctima de mala praxis luego de que se internó para someterse a una reducción mamaria, pero terminó con implantes, una abdominoplastia extendida y una liposucción. El hecho, que ocurrió en Florida, Estados Unidos, dejó a la clínica en el ojo de la tormenta. Por su parte, la institución médica quiere hacer pasar el error como una “cirugía gratuita”.
“Me desperté con el peor dolor de mi vida”, dijo Tiffany Mills a Kennedy News. Y detalló que le abrieron la piel, le provocaron heridas -que quedaron abiertas- y coágulos de sangre en los pulmones y las piernas.
“Me tensaron demasiado la piel, lo que significaba que tenía mucho tejido cicatricial y no podía mantenerme erguida. Mi ombligo parecía una ranura para monedas porque me habían apretado lo más posible”, comentó la mujer. “No me dijeron que habían mezclado mis datos con los de otro paciente hasta el día siguiente. También dijeron: ‘No te enojes por eso, miralo como si te hubieran hecho una cirugía gratis’”, reveló.
Todo ocurrió a finales de 2020, cuando Mills decidió reducirse el busto. “Después de tener hijos, terminé con un corpiño de copa 32F y con dolor las 24 horas, los siete días de la semana. Soy una persona de 1.60 metros. Soy muy pequeña y mi médico me recomendó una reducción”, comentó la damnificada que invirtió 8203 dólares en la operación.
Todo ocurrió a finales de 2020, cuando Mills decidió reducirse el busto. “Después de tener hijos, terminé con un corpiño de copa 32F y con dolor las 24 horas, los siete días de la semana. Soy una persona de 1.60 metros. Soy muy pequeña y mi médico me recomendó una reducción”, comentó la damnificada que invirtió 8203 dólares en la operación.
“Me desperté muy aturdida y recuerdo que el asistente médico me tiró de los brazos. Me dijeron que necesitaban la cama y que tenía que levantarme. Realmente no me di cuenta de que tenía todas estas incisiones en el estómago hasta unas siete horas después, cuando me desperté en un hotel. Ni siquiera me mantuvieron en observación, me sacaron de allí lo más rápido que pudieron”, continuó la joven.
Todo empeoró cuando regresó al hospital dos semanas después por las heridas debajo de su seno, que se habían infectado. Ahí se encontraron coágulos de sangre en sus pulmones y piernas. La mujer pasó cuatro días en el centro médico y dos meses con antibióticos. “Me las arreglé para disputar el cargo de la cirugía con mi banco y recuperar el dinero. La clínica está tratando de combatirlo y afirman que esto es lo que pedí”, señaló luego de estar luchando para acomodar sus finanzas, y su desgaste físico y psicológico luego de la mala praxis.
(La Nación)