El temporal dejó una incalculable cantidad de vidrios rotos, lo que generó una sobredemanda en las vidrieras de Comodoro Rivadavia. La gran cantidad de pedidos obligó a dejar trabajos para la próxima semana.
Luis Hernández comenzó a trabajar como vidriero a los 16 años y nunca pensó que a sus 55 años iba a vivir un fenómeno como el que se registró en los últimos días. La gran cantidad de vidrios rotos generó una sobredemanda en las vidrieras locales y los negocios no dan abasto con los pedidos.
Luis es dueño de Patagonia Cristales y desde el domingo que los teléfonos no paran de sonar. Es que luego del primer temporal de viento que se vivió el sábado pasado, los damnificados buscaban una solución a sus problemas. “Tuvimos muchos llamados de gente muy desesperada para cambiar vidrios que se volaban. Así que el lunes ya arrancamos a full con el trabajo y nos encontramos con muchos frentes rotos”, explicó el vidriero a El Patagónico.
La principal demanda que tiene Patagonia Cristales son los frentes de negocios que quedaron destruidos por las ráfagas de más de 150 km/h del sábado y el martes. “Muchos vidrios caían solos porque estaban mal pegados, otros con las aberturas de aluminio. La verdad que estuvo bastante complicado. La gente estaba muy asustada”, relató.
La clientela pedía un rápido servicio para el lunes debido a la nueva alerta del Servicio Meteorológico Nacional para el martes. Las principales demandas para Patagonia Cristales pasaban por las aberturas de aluminio. “Hay mucha gente que viene de afuera, como por ejemplo de Trelew y Madryn, que agarran obras acá y no saben cómo impacta el viento en esta zona”, aseguró.
“Nos pasó en la Escuela N°2 que se le cayeron todas las aberturas completas porque cuando la vimos tenía unos tornillos chiquitos y no estaba sellado. Por eso se vino todo abajo igual”, graficó Luis.
Ese problema se repitió en diferentes lugares.
En Patagonia Cristales recibieron más de 50 llamadas, lo cual es una cantidad inusual para la actividad. “Ya no podía atender todos los llamados porque andábamos en la calle trabajando con los vidrios. No podíamos trabajar porque teníamos todo cubierto. Hasta hoy en día nos siguen llamando por aberturas de aluminio que han caído y vidrios rotos”, subrayó.
“Hay un montón de vidrierías acá en Comodoro, pero yo me imagino que están todas las vidrierías igual, así con mucho trabajo", reconoció el comerciante.
Si bien la empresa de Luis dejó de realizar trabajos con lunetas, el vidriero también recibió un sinfín de consultas para reparar los daños en los vehículos. “Yo les recomendaba a conocidos míos para que vayan a cambiar los vidrios de vehículos, pero también están tapados de trabajo. Hay muchas lunetas y vidrios de los costados rotos. No se vieron tan afectados los parabrisas porque están laminados y no pasa nada. Pero el resto de los vidrios explotan y se quedan sin nada en los autos”, explicó.
La gran demanda de trabajo obligó a que Luis y sus compañeros tuvieran que dejar pendiente varios trabajos. “A los vidrios que no son tan grandes los dejamos para la semana que viene. La gente le puede poner madera o los tapa con algo y pueden tirar un par de días”, afirmó.
“Toda mi vida trabajé como vidriero, pero nunca viví un temporal como este. Así que la primera vez que pasó algo así. Siempre hubo viento y rompía algún vidrio, pero nunca con tanta gravedad”, aseveró Luis.
(Fuente: El Patagónico)