El principal foco de engaños sigue siendo el seguro del coche, que representa la mitad de los casos...
La tasa de fraude al seguro en España se ha duplicado en la última década. En 2022, se elevó hasta el 1,95%. Esto significa que, de cada 100 siniestros declarados, en apenas dos los declarantes buscan estafar a las aseguradoras y cobrar cantidades indebidas. Así los recoge la última edición del Mapa del fraude en España, elaborado por la aseguradora Axa y publicado este martes. La gran diferencia con el 2012 —cuando la tasa era del 0,95% y comenzó a elaborarse el estudio— es el factor tecnológico: su papel ha sido decisivo tanto en los intentos de fraude como en los métodos de control, ha defendido el director de siniestros de Axa, Arturo López-Linares-Linares, en la presentación del informe en Madrid.
Desde que Axa comenzó a elaborar el informe, la tasa solo se ha reducido en 2021. Las circunstancias detrás de este aumento progresivo son variadas: por un lado, apuntan desde la aseguradora, las nuevas tecnologías han supuesto la irrupción de técnicas de fraude hasta ahora inéditas. Además, las circunstancias económicas adversas incentivan que se produzcan engaños. Por el otro, las aseguradoras tienen más herramientas para detectar el engaño: la detección manual —la que hacen los peritos— ha pasado de suponer el 97% de los casos al 73%. Métodos como el big data o la automatización para seguir los documentos permiten controlar el engaño con mayor facilidad: de los 15.172 fraudes detectados en 2012 se pasó a 23.700 el año pasado.
Los engaños relacionados con los seguros del automóvil siguen siendo los que acaparan más casos. “Auto sigue siendo el rey”, ha expuesto López-Linares durante la presentación: “Esto se debe probablemente a que es un seguro obligatorio”. Los casos, sin embargo, están menguando: en 2012 siete de cada diez fraudes detectados se concentraban en el área de movilidad; en 2022, fueron el 50%. La explicación expuesta por Axa es la reforma del Baremo de lesionados, que ha hecho menos atractivo el fingimiento de pequeñas lesiones como el latigazo cervical. La rama en la que se han multiplicado los casos es Multirriesgos, que acapara principalmente los seguros de hogar. Los engaños en este tipo de seguros se han duplicado en estos últimos diez años, debido en parte al aumento de eventos climáticos severos.
El fraude es, por definición, un acto voluntario. Pero dentro de esta voluntad hay matices que permiten clasificarlos: “Hay tres grandes actitudes cuando una persona decide cometer un fraude: el ocasional, el premeditado y el organizado”, ha apuntado el director de siniestros de la aseguradora. El más común es el ocasional (56%), según el informe: “Es de un coste relativamente contenido, muy masivo y que se comete cuando ya existe un daño: me doy un golpe con el coche e intento hacer que los daños que ya tenía sean indemnizados”, ha explicado Linares.
Los fraudes premeditados representan, por su parte, cuatro de cada 10 casos. Son aquellos en los que los daños son reales o ficticios, pero tienen una cosa en común: son planificados. Su coste medio es de entre 3.000 y 4.000 euros. Los más onerosos para las aseguradoras son, sin embargo, los que menos se dan (3%): los organizados. En ellos, una trama busca la “industrialización” del engaño con métodos más elaborados. Para ilustrarlo, Linares ha contado un caso de una trama que se hacía pasar por concesionarios para acceder a pólizas de coches de prueba, matriculando coches y provocando siniestros para cobrar la indemnización.
Por regiones, Melilla sigue siendo la que lidera los engaños a los seguros en España. El 18,4% de los siniestros declarados en la ciudad autónoma fueron detectados como engaños. En el podio le siguen, aunque de lejos, Melilla y Navarra. En el otro lado de la tabla se encuentran Cataluña, Madrid y País Vasco, con tasas de en torno al 0,5%. “Hace diez años ninguna comunidad estaba en dobles dígitos”, ha señalado el director de siniestros de Axa. Sobre la gran concentración de casos en Ceuta y Melilla —alguna de las dos ha estado siempre en el podio en los últimos 10 años— López-Linares ha preferido no sacar conclusiones sin un análisis sociológico sobre la mesa. Con todo, sí que ha precisado que en estas zonas pequeñas se produce un efecto matemático que distorsiona las estadísticas.
(Fuente: El País)