Un jugador sufrió fracturas en el rostro tras ser agredido por su rival, quien fue demandado junto al organizador del torneo y las aseguradoras.
En un torneo barrial de fútbol en General Roca, un jugador de 30 años recibió un codazo intencional que le causó fracturas graves en el rostro, incluyendo un hundimiento del maxilar y la pérdida de un diente. La agresión ocurrió durante un partido del equipo “Bichos Colorados”, cuando un rival, al parecer esperando el contacto, golpeó a la víctima con el codo de forma deliberada. Testigos del incidente coincidieron en que la jugada fue clara: el atacante miró hacia atrás y, con el codo levantado, impactó en el rostro del jugador, mientras la pelota ya estaba en el suelo.
La agresión derivó en una fractura múltiple del hueso maxilar y de la región ocular, lo que requirió una intervención quirúrgica y dejó al agredido con una cicatriz significativa. La pericia médica determinó una incapacidad del 21%. El jugador afectado, además de su adversario, demandó a los organizadores del torneo, las compañías aseguradoras, y al dueño del predio. El juez Civil N° 5 de Roca resolvió que la indemnización debía superar los 12 millones de pesos, sumando tanto el daño físico como el daño moral.
El jugador agresor alegó que el fútbol es un deporte de riesgo y que la falta había sido producto de un choque accidental, pero el juez determinó que la acción fue excesiva y violó las reglas del juego. Según las pruebas, el atacante lanzó el codazo de forma intencional, sin disputar la pelota. Esta conducta fue considerada por el magistrado como “culpa grave” y ajena a las normas del deporte.
Además, el organizador del torneo fue condenado por su “responsabilidad objetiva”, ya que la ley considera que el organizador de eventos deportivos debe responder por los daños sufridos durante la actividad. Las aseguradoras, tanto la del torneo como la del jugador, también fueron responsables de la indemnización, ya que demoraron más de 30 días en determinar si cubrirían el siniestro, lo cual se interpretó como una aceptación tácita de la cobertura. (ADN Sur)