Es un vecino de Pueblo Nuevo, en Villa Gobernador Gálvez. Por la mentira que sostuvo en la seccional 25ª quedó acusado del delito de falsa denuncia.
Un hombre de 33 años llegó el viernes por la mañana a la seccional 25ª, en Corrientes al 500 de Pueblo Nuevo, para hacer una denuncia: “Buenas, vengo a denunciar que me robaron las cuatro ruedas del auto”. El hombre dijo que había dejado su Fiat Siena estacionado en inmediaciones de General López al 500, a ocho cuadras de la seccional, y le habían sustraído las cuatro cubiertas. Pero hubo algo que al oficial de policía que atendió la demanda que no le cerró. Alguna incongruencia en el relato o quizás el tan mentado olfato policial hizo que el policía ordenara “múltiples diligencias” en las que se constató que se trataba de una falsa de denuncia. Cuando los efectivos fueron hasta la vivienda del denunciante encontraron las cuatro cubiertas escondidas debajo de la cama matrimonial. Así fue que el denunciante quedó a disposición de la Fiscalía de Flagrancia en turno acusado del delito de “falsa denuncia”.
Durante los últimos tres años al menos, atado a los vaivenes de la crisis económica y una inflación galopante, el delito del robo de cubiertas comenzó a ganarse un lugar en las crónicas policiales. Los neumáticos se hacen con caucho natural y sintético. Esta última materia prima derivada del petróleo cotiza a precio dólar. A partir de esa ecuación buena parte de los usuarios se volcaron al mercado negro. Así lo que comenzó con la sustracción de la rueda de auxilio de autos que dormían en la calle derivó en el robo a alta escala de las cuatro cubiertas de vehículos a cargo de bandas organizadas que comenzaban en el ladrón y terminaban en algunas gomerías en las que se ofrecía la mercadería robada. Un delito que crece al amparo de una necesidad del mercado negro. No existe delito si no hay un mercado que demande y compre.
“Existen dos tipos de ladrones de cubiertas. El tradicional, que es el que llega, roba, se lleva la cubierta y la ofrece en una gomería a lo que le den ya que es una mercadería que quema y necesitan sacársela de encima; y el que está organizado y trabaja como un empresario a demanda. Llega alguien a pedir una cubierta en particular y él se la consigue en un lapso de tiempo determinado”, explicó un conocedor del rubro.
Y claro está que a la modalidad del robo de cubiertas se le sumó la falsa denuncia del robo de las mismas. “Se está incrementando el número de falsas denuncias por semana respecto al supuesto robo de cubiertas de autos. Hay algunos que, amparándose en que las cubiertas son caras, hacen falsas denuncias para timar a su compañía de seguros. Hoy reponer las cuatro ruedas representan algo más de 50 mil pesos”, explicó una fuente allegada a la pesquisa.
Ante el volumen de denuncias que las compañías de seguro reciben por el robo de cubiertas, la mayoría ha optado por revisar un 50 por ciento de las demandas. Fuentes del sector indicaron que sobre ese universo han detectado que en entre el 35 y el 40 por ciento son falsas denuncias que buscan timar a las aseguradoras. “El problema es que acá no hay una organización delictiva sino que son clientes de las empresas los que buscan estafarla”, comentó un conocedor del sector.
Historia falsa
Este viernes a las 9 de la mañana Cristian G., de 33 años, llegó a la comisaría 25ª diciéndole a los policías que quería realizar una denuncia. Contó que vivía a unas ocho cuadras de la seccional y que de madrugada le habían robado las cuatro ruedas de su Fiat Siena. Al realizar la denuncia Cristián G. dijo que el jueves por alrededor de las 19 había dejado estacionado su auto en inmediaciones de su casa y que entre las 4.30 y las 5 de la mañana, mientras dormía, sonó la alarma de su auto y al salir encontró el Siena sobre cuatro adoquines y la faltante de las cuatro cubiertas marca Fate 175/65/14, con un valor de mercado que oscila entre los 12 y 14 mil pesos la unidad.
Los policías que lo atendieron lo escucharon y, ante algunas incongruencias y titubeos, le comunicaron que iban a tener que realizar una investigación más amplia para llegar a los ladrones. Fue entonces que el hombre admitió que no había existido el robo que había ido a denunciar y que su intención era timar a su compañía de seguros. Mientras lo demoraban en la seccional una dotación de la comisaría 25ª se dirigió al domicilio del falso denunciante. Lo atendió la pareja del hombre quien no opuso resistencia para que los uniformados revisaran el domicilio. Y debajo de la cama matrimonial encontraron las cuatro cubiertas Fate 175/65/14. Así fue que el timador quedó a disposición del fiscal Miguel Moreno, de turno en la Unidad Fiscal de Flagrancia, quien dispuso que se le abriera una causa por el delito de “falsa denuncia” y recuperara la libertad. Las cuatro cubiertas Fate quedaron secuestradas en la 25ª.