En 2020, según datos del Banco Mundial, América Latina y el Caribe representaron el 16% de la producción de alimentos, aumentando dos puntos porcentuales respecto a la última medición.
La vocación de América Latina y el Caribe como semillero del mundo dependerá cada vez más del seguro agrícola en los próximos años para consolidarse. América Latina tiene una gran diversidad de cultivos, mantiene el liderazgo en algunos, como la soja, el café, la caña de azúcar (Brasil), la quinua (Perú), y concentra alrededor de 15 millones de propiedades rurales, lo que convierte a la región en un exportador neto de alimentos. Resulta que las pérdidas causadas por los extremos climáticos representan una amenaza real para las actividades agrícolas en todo el planeta.
En resumen, este fue el contenido del Fides Talks liderado por el ejecutivo Rodrigo Belloube, chief underwriting officer de Munich Re, a partir de una reflexión sobre cómo pensar en las actividades agrícolas de una manera más estratégica, incluyendo el mercado de seguros y reaseguros en este contexto.
En 2020, según datos del Banco Mundial, América Latina y el Caribe representaron el 16% de la producción de alimentos, aumentando dos puntos porcentuales respecto a la última medición. La continuidad de esta expansión enfrenta, sin embargo, desafíos que van desde crecer sin generar pérdidas ambientales; mantener créditos (y seguros) rurales subvencionados, a pesar de la presión fiscal ejercida sobre los países latinoamericanos; superar los obstáculos logísticos y de infraestructura; convivir con la volatilidad de precios o gaps de oferta de insumos agrícolas y fertilizantes debido a tensiones geopolíticas; mejorar la gestión de riesgos, con un nuevo arsenal tecnológico; hasta, y lo más importante, adoptar programas de seguros más sólidos en la región, ampliando el alcance de las coberturas, enumera Rodrigo Belloube.
Ejemplos recientes, como la actual sequía en el sureste de Estados Unidos, considerada la más severa en 1.200 años, o la sequía que afectó a Rio Grande do Sul entre 2021 y 2022, indican que una mayor penetración de los seguros agrícolas es y será fundamental para que el mercado agrícola mundial siga siendo resiliente. No obstante, es importante recordar que esta expansión no puede depender únicamente del mercado primario (de seguros), sino que también puede estimularse mediante alianzas público privadas (APP) e incluso de fondos de catástrofes creados por los gobiernos para ayudar a las actividades rurales ante fenómenos climáticos extremos. “Todos los países necesitarán políticas de seguros bien fundamentadas y sólidas, teniendo en cuenta la normalización de estos fenómenos extremos”, señaló, además de planes de reaseguro innovadores, como los que incluyen primas individualizadas, basadas en la productividad de la propiedad rural; evaluación de la concentración empresarial por regiones, rapidez en la liquidación de siniestros y contratación de seguros rurales, simultáneamente con el otorgamiento de crédito rural.