Por la Lic. Marina Lanfranqui, Responsable de Ergonomía Ocupacional en Gestión en Prevención de Riesgos ART.
 
        Por la Lic. Marina Lanfranqui, Responsable de Ergonomía Ocupacional en Gestión en Prevención de Riesgos ART.
Tuve la oportunidad de participar del VII Congreso Nacional de Ergonomía, realizado en Mendoza y organizado por la Asociación Argentina de Ergonomía y Factores Humanos (AdEA). Este encuentro fue una excelente oportunidad para compartir experiencias, actualizar conocimientos y reflexionar sobre hacia dónde se dirige hoy la ergonomía en los entornos laborales.
Uno de los aspectos más enriquecedores fue el avance de las herramientas tecnológicas aplicadas a las evaluaciones ergonómicas. La incorporación de dispositivos y software que permiten registrar, analizar y procesar datos en tiempo real nos acerca a una gestión más precisa y ágil. Estas innovaciones no solo optimizan la labor técnica, sino que también fortalecen la toma de decisiones preventivas, permitiendo intervenciones más efectivas y personalizadas según cada puesto o contexto laboral.
También resultó muy interesante el desarrollo del concepto de “operador confiable”, proveniente de la ergonomía cognitiva. Este enfoque reconoce el valor de las competencias, la experiencia y el juicio del trabajador para desempeñarse de manera segura y adaptativa en entornos complejos. Promover esa confiabilidad implica construir una cultura preventiva sólida, donde las personas se sientan parte activa de la gestión del riesgo. En la misma línea, se destacó la relevancia de contar con programas de ergonomía actualizados, capaces de responder a los nuevos desafíos productivos y organizacionales.
Sin embargo, el verdadero desafío está en mantener una mirada integral de la ergonomía. Ya no se trata únicamente de identificar factores físicos o posturales, sino de comprender los aspectos cognitivos, organizacionales y psicosociales que influyen en la salud y el bienestar de las personas trabajadoras. Los cambios impulsados por la digitalización y la hiperconectividad exigen estrategias que contemplen la gestión de la carga mental, el equilibrio entre trabajo y vida personal, y la prevención de la fatiga cognitiva.
Entre las ponencias más inspiradoras, la ergonomía aplicada a la discapacidad, mostró cómo, a través del diseño, es posible mejorar la participación y funcionalidad de las personas con discapacidad en los entornos de trabajo. Este enfoque reafirma que la ergonomía no solo previene lesiones, sino que también construye inclusión, accesibilidad y equidad.
Participar de este Congreso reafirmó mi convicción de que la ergonomía tiene un rol central en la construcción de espacios laborales más saludables, sostenibles y humanos. Seguimos apostando a ese camino: el de la prevención con sentido, basada en el conocimiento, la innovación y el compromiso con las personas.
Conocé por qué la ergonomía es clave para cuidar la salud y la productividad. ¡Mirá el video acá!