La publicación " Riesgo en contexto - junio 2024" editada por Marsh Latinoamérica aborda este fenómeno climático y deja enseñanzas y recomendaciones para los analistas de riesgos
La Niña llegará en los próximos meses, trayendo consigo eventos climáticos significativos y situaciones de riesgo de gran alcance a tener en cuenta por las organizaciones. Los gerentes de riesgos, los profesionales de seguros y los líderes empresariales necesitan comprender los matices de este complejo patrón climático para enfrentarse eficazmente a los riesgos asociados y a tomar decisiones estratégicas informadas.
Entendiendo La Niña
La Niña es un fenómeno climático natural que ocurre en el Océano Pacífico, con implicaciones locales y globales para la salud y seguridad de las personas, la resiliencia de la propiedad y la infraestructura, la producción agrícola y energética, y la gestión de la cadena de suministro. Es la otra cara de El Niño, caracterizado por temperaturas de la superficie del mar más frías de lo normal en el Pacífico ecuatorial, central y oriental. Si bien El Niño a menudo recibe más atención por la gravedad de sus eventos climáticos relacionados, es igualmente importante considerar los impactos de La Niña.
La Niña está causada principalmente por fuertes vientos alisios que se mueven hacia el este y hacen que el agua fría suba a la superficie en el Océano Pacífico, a través de un fenómeno conocido como surgencia. Este fenómeno interrumpe las interacciones normales entre el océano y la atmósfera, lo que lleva a la formación del fenómeno de La Niña.
Los eventos de La Niña ocurren de manera irregular, con frecuencia y duración variables. Por lo general, duran varios meses hasta un año, pero a veces pueden persistir más tiempo. Estudios recientes han demostrado un aumento en fenómeno de varios años, lo que indica un patrón climático cambiante que requiere una atención más cercana.
Impactos globales y locales variables
Durante La Niña, ciertas regiones experimentan efectos climáticos distintos. Partes del noroeste del Pacífico y las Montañas Rocosas del norte en los Estados Unidos tienden a recibir precipitaciones por encima del promedio, mientras que el sur de los Estados Unidos y partes de Sudamérica pueden experimentar condiciones más secas. En el otro lado del mundo, se pueden experimentar mayores cantidades de precipitación en Australia, el sudeste asiático y la India, con condiciones más secas de lo habitual que afectan a áreas como África Oriental. Los patrones de temperatura también pueden verse afectados, con temperaturas más frescas a menudo observadas en áreas del norte.
La Niña puede influir en la actividad de las tormentas, especialmente en la cuenca del Atlántico, creando un mayor riesgo de tormentas tropicales y huracanes más frecuentes e intensos. Los impactos económicos y sociales en áreas propensas a huracanes, incluyendo el Golfo de México y el Mar Caribe, pueden ser sustanciales, interrumpiendo la infraestructura, las cadenas de suministro y la seguridad de las comunidades locales.
Los recursos hídricos también pueden verse afectados, con algunas áreas experimentando sequías y otras enfrentando un aumento de las lluvias y un mayor riesgo de inundaciones. Los ecosistemas pueden sufrir cambios, afectando la biodiversidad y los hábitats naturales.
Todos estos efectos pueden ser amplificados por el cambio climático y por las cálidas temperaturas oceánicas récord.. A medida que las temperaturas globales continúan aumentando, el calor aumentado puede intensificar las condiciones oceánicas que dan lugar a La Niña. Esto introduce complejidades adicionales para comprender y manejar el riesgo de catástrofes relacionadas con La Niña.
¿Cómo podría influir La Niña en la temporada de huracanes del Atlántico de 2024?
El cambio esperado de El Niño a La Niña, junto con las temperaturas récord del agua del Océano Atlántico, preocupa a los pronosticadores que han proporcionado una perspectiva desalentadora para los meses de verano y otoño.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica está pronosticando una temporada de huracanes en el Atlántico por encima de lo normal, con hasta 25 tormentas con nombre, de las cuales se espera que de ocho a trece se conviertan en huracanes, con cuatro a siete de ellos alcanzando la categoría 3 o superior. Este pronóstico está en línea con otros pronósticos anteriores de la temporada, colocando el pronóstico de este año muy por encima del promedio de 30 años tanto para huracanes como para tormentas.
Considerando el potencial impacto devastador de las tormentas severas en las personas, propiedades e infraestructura, es fundamental que las organizaciones con intereses o socios críticos en áreas que podrían estar en el camino de una tormenta tomen medidas para construir resiliencia.
Nuestro Centro de Recursos de Huracanes proporciona información útil, actualizada, listas de verificación y otros recursos enfocados en cómo puede prepararse para proteger a su gente y sus propiedades, abordar y reportar posibles daños a la propiedad e interrupciones del servicio, y recuperarse después de una tormenta.
Implicaciones y recomendaciones para organizaciones y profesionales de riesgos
La Niña puede tener consecuencias de gran alcance para varias industrias y sectores, incluyendo agricultura, energía, bienes raíces y transporte. Las operaciones agrícolas, por ejemplo, pueden necesitar ajustar sus prácticas para tener en cuenta los cambios en los patrones de precipitación. Los sectores de energía y transporte pueden enfrentar desafíos relacionados con la disponibilidad de agua y la resiliencia de la infraestructura.
Monitorear de cerca y mantenerse informado sobre los pronósticos de La Niña, las condiciones en evolución y los eventos es crucial para la gestión de riesgos y la preparación para desastres, especialmente para las zonas afectadas. También es importante aprovechar los modelos climáticos para evaluar los posibles impactos, así como el conocimiento especializado en riesgos climáticos, de propiedad, de cadena de suministro y de gestión de crisis, para desarrollar estrategias efectivas para mitigar los riesgos de La Niña y mejorar la resiliencia. Las fuentes de información en línea actualizadas regularmente y las herramientas impulsadas por inteligencia artificial pueden apoyar estos esfuerzos.
Las organizaciones y los profesionales de riesgos también deben considerar las siguientes acciones clave de mitigación de riesgos:
Realice evaluaciones exhaustivas de riesgos para identificar vulnerabilidades en sus operaciones y comprender los impactos, incluyendo posibles daños físicos o pérdidas financieras.
Construya la resiliencia de la cadena de suministro estableciendo relaciones con múltiples proveedores, obteniendo suministros de diferentes regiones o manteniendo un inventario adecuado.
Desarrollar planes sólidos de respuesta ante desastres y continuidad del negocio antes y después del evento.
Mejorar la comunicación y colaboración con las partes interesadas clave, incluyendo agencias gubernamentales y comunidades locales.
Invierta en infraestructura y tecnologías resistentes al clima.
Manténgase informado sobre las últimas investigaciones y avances en la ciencia del clima y adapte las estrategias en consecuencia.
Evaluar y someter a pruebas de estrés los programas de seguros y los procesos de reclamaciones para que sean lo más receptivos posible en caso de que ocurra lo peor. Esto podría incluir explorar cómo soluciones paramétricas innovadoras pueden llenar posibles vacíos en los programas de cobertura y estrategias de recuperación.
Al comprender las causas, los efectos del clima y los riesgos asociados al clima, las organizaciones pueden mitigar y manejar mejor los impactos del fenómeno de La Niña. La gestión proactiva de riesgos, la preparación para desastres y la planificación de la resiliencia son esenciales para navegar los desafíos planteados por este complejo fenómeno climático. Manténgase informado, monitoree las condiciones de La Niña y tome acciones decisivas para proteger su organización, y su sostenibilidad y resiliencia a largo plazo..
FUENTE:Publicación " Riesgo en contexto - junio 2024" Marsh Latinoamérica