Cuando los reparadores quieren desprestigiar al Perito

Por: Jose Juan Córdoba Vega - CEO en SigmaXpert Sure | Transformando el Sector Insurtech | Perito de Seguros y Estratega de Contenidos.


Por: Jose Juan Córdoba Vega - CEO en SigmaXpert Sure | Transformando el Sector Insurtech | Perito de Seguros y Estratega de Contenidos.



Por: Jose Juan Córdoba Vega - CEO en SigmaXpert Sure | Transformando el Sector Insurtech | Perito de Seguros y Estratega de Contenidos

En el mundo de los seguros, es común que los peritos y los reparadores se encuentren en desacuerdo sobre la mejor manera de gestionar un siniestro. Sin embargo, hay ocasiones en las que los reparadores intentan imponer su criterio por encima del perito, buscando inflar los presupuestos sin una justificación técnica adecuada. Este tipo de prácticas no solo ponen en entredicho la objetividad del perito, sino que también afectan la confianza de los asegurados.

Aparte de eso, también estamos cansados de tener que aclarar a los asegurados que la persona que visitó su vivienda no es el perito, ya que muchos reparadores se presentan como tales. Sin embargo, el caso de hoy supera con creces este tipo de situaciones, demostrando hasta qué punto algunos reparadores intentan sobrepasar los límites.

La Historia de un Siniestro Mal Gestionado

El pasado mes de agosto, recibí una llamada del gerente de una empresa de multiservicios informándome sobre un siniestro que había sido declarado en julio, que afecta a un vecino y amigo suyo. Como ocurre en muchos de estos casos, me avisaron un mes más tarde y con la habitual urgencia de última hora. Lo que realmente me llamó la atención fue la manera en la que el reparador quiso imponer su solución, no solo despreciando mi criterio como perito, sino también intentando justificar un presupuesto exagerado bajo pretextos técnicos dudosos.

Lo primero, se mi indica que la avería, según el reparador, era "complicada". Me explicó que las tuberías pasaban por debajo de la piscina, había césped artificial y una capa de fratasado. Su propuesta era clara: instalar una nueva acometida y anular la tubería dañada. Estando el asegurado conforme con él.

Este tipo de soluciones las he visto muchas veces a lo largo de mi carrera. En algunas ocasiones, la situación lo justifica, y es una decisión que tiene que tomar el Asegurado, ya que se trata de su vivienda, pero siempre indioco que solo se garantiza lo que supondria la localización y reparación de una avería, no la mejora de la instalación, aun que en algunas ocasiones, por lo sencillo de la sustitución y lo complicado de la reparación se puede llegar al 100 % de la indemnización.

El Presupuesto Inflado: ¿Un Intento de Abuso?

Cuando el reparador me envía un presupuesto de 4.000 euros, empiezo a notar que algo no cuadra. Basándome en mi experiencia y en la naturaleza del siniestro, la cifra es desproporcionada para los trabajos que realmente se necesitan. Intento ponerme en contacto con el asegurado para explicarle la situación, e informarle la indemnización que perciviria de una localización de una avería puntual, además de exponer que me parece excesido el presupuesto del reparador.

Al no poder localizar al asegurado, decido comunicarle directamente al reparador que la indemnización solo cubrirá una reparación puntual, indicándole el importe estimado. Sin embargo, aquí es donde comienzan los verdaderos problemas. El reparador, sin autorización formal y sin que el asegurado esté al tanto de la situación, ya que tiene que asumir el resto del presupuesto, continúa con la reparación, asumiendo que la compañía de seguros pagará el 100 % de su presupuesto.

Cuando le informo que la aseguradora solo abonará la cantidad que estimé, el reparador pierde los nervios. Me acusa de no tener ni idea del valor de la reparación y argumenta que el coste es elevado porque las tuberías pasan por debajo de la piscina, una afirmación que simplemente no tiene fundamento en este caso específico.

El reparador, en esta situación, me indica que su cliente es el asegurado, que en este siniestro no actúa como empresa reparadora de asistencia, yque me prepare para una demanda judicial por parte del asegurado. Esto me llevó a tener que hablar directamente con el tramitador y también con el mediador de la póliza. Además esta persona no se le ocurre otra cosa que paralizar completamente la obra comenzada, con el perjuicio que el asegurado ocasiona, alegando que el perito no quiere pagar la reparación.

Experiencia y Criterio: No Todo Vale en el Peritaje

Mi postura en estos casos siempre ha sido firme y clara. Llevo 16 años trabajando en esta zona y, en todo este tiempo, no he visto ni un solo caso en el que las tuberías pasen por debajo de la piscina en las viviendas de esa urbanización. Además, ninguna reparación puntual ha superado mi valoración, lo que refuerza mi confianza en el criterio técnico que aplico. No se trata solo de mi experiencia, sino de la responsabilidad y el compromiso con mi profesión. No voy a permitir que un reparador imponga su criterio económico sin las pruebas necesarias, poniendo en juego mi prestigio y profesionalidad.

Reflexión Final

Este tipo de situaciones son más comunes de lo que deberían, y es fundamental que tanto los asegurados como los profesionales que intervenimos en los siniestros tengamos claro cuál es nuestro papel. El reparador tiene su función, pero no puede imponer trabajos ni presupuestos desproporcionados sin una justificación técnica válida. Como perito, mi responsabilidad es garantizar que se aplique correctamente la póliza, asegurando que los daños reales sean valorados y reparados de forma justa y proporcional.