El médico Juan Ignacio Arpedoni recibió este viernes la sentencia de dos de prisión en suspenso que, además, lo inhabilita para ejercer la profesión por el mismo lapso de tiempo. La víctima denunció que la dejó estéril, en una resonante causa por el delito de "violencia obstétrica”. "Nena, metí la pata. Disculpame", le dijo a la paciente.
La Justicia mendocina condenó este viernes a un médico obstetra a dos años de cárcel en suspenso e inhabilitación para ejercer la medicina por el mismo tiempo. El hombre ligó por error las trompas a una paciente durante un parto programado que se realizó en una clínica privada de Godoy Cruz, privándole de volver a ejercer la maternidad, ya que la mujer quedó estéril.
En juicio por mala praxis, donde está acusado Juan Ignacio Arpedoni (73), llegó a su fin este viernes, cuando el juez de la causa aceptó en parte lo que solicitó la fiscalía del juicio. La calificación penal fue por “lesiones gravísimas culposas”, el cual tiene penas desde un mes hasta tres años de prisión. Además, en el fuero civil enfrenta una demanda por daños y perjuicios, junto al Hospital Español, donde se produjo el grave error.
La defensa requirió la absolución, en tanto, la abogada de la mujer, Agustina Maddiona, había pedido una pena de tres años de cárcel y cuatro de inhabilitación. "Nena, metí la pata. Disculpame, pensé que eras otra paciente”, le confesó Arpedoni a la mujer, tras la intervención.
El hecho ocurrió en septiembre del 2020, en el Hospital Español, donde Marivel Vera tenía programada una cesárea para dar a luz a su hija. En el expediente consta que se trató de un parto normal y la niña nació en perfecto estado de salud, mientras la mujer permanecía consciente.
Arpedoni, al finalizar la cirugía, le dijo a Vera que “ya habían terminado el trabajo de las trompas”, lo que sorprendió a la paciente. Y ante las insistencias de ella, Arpedoni admitió el error. Le tomó una mano, la besó y le dijo: “Nena, metí la pata. Disculpame, pensé que eras otra paciente, me equivoqué de paciente”. En ese momento, le preguntó la hora y habría ensayado una suerte de disculpa, agregando “que lo había hecho por todos mis problemas anteriores”.
Al día siguiente, el obstetra habría agregado a la historia clínica el parte quirúrgico donde afirmó que hizo la ligadura de trompas para “evitar futuras complicaciones prenatales”.
Sin embargo, Vera denunció al profesional y declaró que “nadie me consultó ni me informó nada respecto a la ligadura. De hecho mi proyecto era dejar pasar un año para volver a buscar un bebé, el doctor tomó una decisión sobre mi cuerpo que no le correspondía y sin mi consentimiento, puesto que en todo momento estuve consciente.”
Cuando fiscal Tomás Guevara lo investigó, Arpedoni sostuvo que la paciente “mostraba un sangrado abundante y que corría riesgo su vida tras el parto”, algo que no constaría en la historia clínica.
El caso llegó a juicio y hoy finalmente recibió una sentencia. Fuentes judiciales afirman que no hay antecedentes de un caso similar en la provincia, pero que sirve también para que se difunda la lucha contra la “violencia obstétrica”.
(Fuente: Diario Mendoza)