En Latinoamérica, la sequía brasileña generó daños por USD $4.750 millones). La región también fue afectada por tormentas severas e incendios.
Las pérdidas económicas generadas por desastres naturales durante los primeros seis meses del año ascendieron a 162.000 millones de dólares a nivel mundial, monto que supera tanto el promedio histórico del primer semestre en este siglo (141.000 millones) como los 156.000 millones registrados en el mismo periodo de 2024.
Las cifras están contenidas en el Global Catastrophe Recap H1 2025, elaborado por la firma Aon, compañía global de servicios profesionales, en el que se destaca que los riesgos asegurados en esos primero seis meses del 2025 ascendieron a 100.000 millones de dólares, muy por encima de los 71.000 millones de dólares reportados en 2024 y superando con amplia ventaja el promedio del primer semestre en el siglo XXI (41.000 millones).
Más del 90 por ciento de esas pérdidas aseguradas ocurrieron en Estados Unidos, motivadas principalmente por incendios forestales y tormentas convectivas severas.
Las cifras, a propósito del terremoto de magnitud 8,8 en la costa del Extremo Oriente de Rusia, uno de los más potentes desde que hay registros y que provocó este miércoles tsunamis con olas de cuatro metros y alertas de evacuación desde Estados Unidos hasta Colombia.
Según el reporte de Aon, en el caso de Colombia, el único evento de gran impacto registrado en el primer semestre fue un deslizamiento de tierra ocurrido el 24 de junio en la vereda Granizal de Bello, Antioquia, que provocó la muerte de 22 personas, dejó varios desaparecidos y obligó a evacuar a cerca de 900 personas.
El movimiento de tierra, ocasionado por intensas lluvias que saturaron el terreno, destruyó alrededor de 45 viviendas en sectores como El Pinar y Altos de Oriente y aunque no se ha determinado de manera oficial el valor de las pérdidas económicas, se reportaron daños materiales significativos.
"Si bien Colombia no figura entre los países con mayores pérdidas económicas en este semestre, los eventos recientes confirman que estamos expuestos a amenazas crecientes y a un entorno climático cada vez más impredecible", advierte la compañía en su informe.
En ese sentido, señala que es fundamental que empresas, aseguradoras, reaseguradoras y autoridades locales fortalezcan su capacidad de respuesta y prevención, y aprovechen el valor de la información basada en modelos de riesgo para anticiparse a escenarios críticos.
"Desde Aon, continuamos trabajando junto a nuestros clientes y aliados en el diseño de soluciones que protejan vidas, patrimonio y aseguren la continuidad operativa frente a futuros desastres”, afirmó Lina Toro", gerente de Reaseguros para Colombia, Ecuador y Perú en Aon.
Las pérdidas globales por desastres naturales del primer semestre del año fueron impulsadas, principalmente, por los incendios forestales de Palisades y Eaton en California (Estados Unidos), el terremoto de Myanmar y múltiples brotes de tormentas convectivas severas (SCS) en diversas zonas de Estados Unidos.
En América del Sur, los eventos naturales más significativos en lo corrido del año hasta junio incluyeron tormentas convectivas severas en Bolivia y Brasil, inundaciones en Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil y Argentina, además de incendios forestales en Chile y una grave sequía que afectó a Paraguay y parte de Brasil.
Dichas catástrofes en total dejaron pérdidas económicas superiores a 6.670 millones de dólares, siendo la sequía brasileña el evento más costoso con 4.750 millones en daños).
Según la compañía Sigma, de Swiss Re, las pérdidas económicas causadas por desastres en 2024 ascendieron a 318.000 millones de dólares, de los cuales el 57 por ciento no estaban asegurado, lo que deja una brecha de protección global aún considerable de 181.000 millones. (El Tiempo)