La Segunda Seguros y Cooperativa Obrera: Emergencia y solidaridad

Un caso real de cooperativismo en acción ya que, se unieron para hacer frente al temporal que azotó Bahía Blanca en marzo.


Un caso real de cooperativismo en acción ya que, se unieron para hacer frente al temporal que azotó Bahía Blanca en marzo.



La Segunda Seguros y Cooperativa Obrera se unieron para hacer frente al temporal que azotó Bahía Blanca en marzo

Bahía Blanca aún guarda las huellas del temporal que azotó sus calles y comunidades en marzo de 2025. Aunque el tiempo avanza, las consecuencias siguen siendo parte del paisaje diario para muchas familias. Frente a esa realidad, emergió una fuerza serena pero contundente: la solidaridad organizada.

En un contexto adverso donde las emergencias climáticas son cada vez más frecuentes, La Segunda Seguros activó el pulso de su compromiso con el territorio a través de una alianza estratégica con la histórica Cooperativa Obrera de Bahía Blanca, sumando fuerzas para llegar a donde más se necesitaba.

La iniciativa no fue un acto aislado, fue la expresión genuina de un modelo que demuestra su valor real cuando el contexto lo exige: el cooperativismo. Bajo este paraguas, se articularon acciones concretas que incluyeron donaciones clave -ropa, alimentos, muebles, luminarias, computadoras, insumos médicos y más- que alcanzaron escuelas, jardines, comisarías, centros de salud y organizaciones sociales.

Se donaron en total más de 1.800 kilos de insumos y más de 15 metros cúbicos de esperanza organizados con precisión y sensibilidad. A esa logística se sumó el corazón del equipo humano: una campaña de voluntariado interna movilizó a quienes forman parte de La Segunda a donar desde alimentos no perecederos hasta ropa y calzado.

“Nadie se salva solo. La respuesta fue inmediata porque hay una red detrás que funciona con propósito”, afirmó Gricel Di Bert, referente en sostenibilidad de la aseguradora, quien destacó: “Este tipo de acciones coordinadas y orgánicas nacen de nuestras raíces cooperativas y se fortalecen en espacios como el Consejo de Cooperar, donde el trabajo articulado es parte del ADN”.

La acción tuvo una lógica: unir capacidades, sumar saberes, cuidar a las personas. No fue solo un acto de ayuda, fue una declaración de principios. Porque cuando lo importante está en riesgo, actuar es un deber, pero hacerlo con sentido colectivo es un privilegio.

Hoy, cuando el foco mediático se desplaza, este tipo de acciones nos recuerdan que hay historias que se siguen escribiendo. Que la reconstrucción no es una foto, es un proceso. Y que en ese proceso, el cooperativismo argentino sigue marcando un camino sólido, silencioso y transformador.