Consecuencias del sismo

El incendio declarado en el puerto de Iskenderun, una ciudad conocida también en español como Alejandreta y situada en la costa mediterránea, lleva tres días sin poder controlarse y complica el envío de ayuda a la provincia turca de Hatay, una de las más afectadas por el terremoto del lunes pasado.


El incendio declarado en el puerto de Iskenderun, una ciudad conocida también en español como Alejandreta y situada en la costa mediterránea, lleva tres días sin poder controlarse y complica el envío de ayuda a la provincia turca de Hatay, una de las más afectadas por el terremoto del lunes pasado.



El incendio declarado en el puerto de Iskenderun, una ciudad conocida también en español como Alejandreta y situada en la costa mediterránea, lleva tres días sin poder controlarse y complica el envío de ayuda a la provincia turca de Hatay, una de las más afectadas por el terremoto del lunes pasado.

Una enorme columna de humo negro se eleva sobre el muelle, entre grúas y contenedores que dominan el escenario de Iskenderun, uno de los puertos industriales más importantes de Turquía, con decenas de buques fondeados ante la costa.

Algunos camiones de bomberos rodean las llamaradas, pero sin capacidad de poner fin al incendio, mientras que un chorro de agua desde una grúa tampoco hace más que limitar la expansión del fuego.

Varios helicópteros con una cuba de agua colgada y un avión apagafuegos cruzan el cielo y dejan caer su carga sobre el muelle, sin efecto aparente.

Las causas del incendio son poco claras. "Con el terremoto, un contenedor volcó y se incendió. Contenía alguna materia inflamable", comenta una guardia en la entrada del puerto, sin conocer más detalles.

"Algún contenedor con sustancias químicas", aventura Mehmet, conductor de excavadoras en la ciudad. "Llevan tres días sin poder apagarlo".

Afortunadamente, comenta, el denso humo negro que se eleva sobre la ciudad no es tóxico, o al menos hasta ahora no se conocen efectos adversos.

Pero el incendio bloquea el acceso al puerto e impide utilizarlo para desembarcar ayuda humanitaria que vendría muy bien tanto a Alejandreta como a toda la provincia de Hatay, una de las más afectadas por el terremoto del lunes, pese a hallarse a 150 kilómetros del epicentro.

"Nos hallamos en la misma falla geológica, por eso aquí los efectos han sido mucho peores que en zonas como Gaziantep, que está más cerca del epicentro pero no situada sobre la falla", comenta Elif, una joven funcionaria que se ha salvado cuando su casa de Antioquía ha quedado medio derruida.

El portaaviones español Juan Carlos I y el buque de asalto anfibios Galicia, que han puesto rumbo a la costa turca para ayudar con las labores de rescate, han llegado este miércoles a la bahía de Alejandreta, donde fondean ahora.

Queda por ver cómo gestionar la descarga de material y militares dispuestos a ayudar en el rescate que los vecinos de la ciudad esperan con ansiedad. EFE

(Swiss Info)