Agentes de IA: el futuro del seguro pone a prueba la base tecnológica del sector

Estudios recientes revelan que la modernización digital no es opcional: es la base para que los agentes de IA transformen la experiencia del cliente y la eficiencia del negocio.


Estudios recientes revelan que la modernización digital no es opcional: es la base para que los agentes de IA transformen la experiencia del cliente y la eficiencia del negocio.



La Inteligencia Artificial promete revolucionar la industria aseguradora, pero su verdadero potencial solo se alcanza cuando se apoya en infraestructuras modernas y flexibles. Estudios recientes revelan que la modernización digital no es opcional: es la base para que los agentes de IA transformen la experiencia del cliente y la eficiencia del negocio.

La irrupción de la Inteligencia Artificial (IA) ha marcado un antes y un después en todos los sectores, incluyendo el asegurador. De acuerdo con un reciente informe de la consultora McKinsey, el impacto de la IA en el sector será transformacional: puede automatizar hasta el 50% de las tareas actuales, mejorar la eficiencia operativa en un 40% e incrementar la retención de clientes mediante propuestas personalizadas.

Es allí donde toman un rol protagónico los agentes de IA que gestionan, de punta a punta, procesos como la cotización, la atención de consultas y la tramitación de siniestros, liberando a los equipos comerciales para enfocarse en el asesoramiento y la venta. Sin embargo, en la práctica nos encontramos con una realidad que colisiona con todo ese potencial, ya que muchas aseguradoras aún dependen de sistemas legados que no fueron diseñados para la velocidad y flexibilidad que exige la IA moderna.

Una encuesta realizada por Charles Taylor en Europa revela que 9 de cada 10 líderes del sector apoyan la modernización digital, pero el 84% reconoce una fuerte dependencia de tecnología heredada. Más de la mitad de las organizaciones encuestadas experimentan tres o más impactos negativos de estos sistemas obsoletos, afectando áreas críticas como la integración de sistemas, la experiencia del cliente y la escalabilidad. “Si no se cierra la brecha entre intención y ejecución, las compañías corren el riesgo de quedarse atrás en un mercado de rápido crecimiento”, advierte el estudio.

En este contexto, la modernización digital no puede limitarse a “parches” o integraciones forzadas. Se necesita una arquitectura flexible capaz de conectar las capacidades avanzadas de la IA con las realidades operativas actuales. “Un agente inteligente no es una aplicación mágica: es la capa visible de un ecosistema tecnológico sólido. Sin la base correcta, la IA se convierte en un proyecto piloto perpetuo”, explica Fernando López Orlandi, Gerente Comercial Regional de Charles Taylor.

Un aspecto a destacar es que el desafío no es únicamente técnico, sino también cultural. La investigación de Charles Taylor revela que muchas organizaciones requieren un cambio de mentalidad en todos los niveles antes de iniciar la modernización. Para López Orlandi, la clave está en “abordar la transformación como un proceso integral, donde la tecnología y la cultura avancen juntas. La IA no reemplaza al talento humano, sino que lo potencia; pero para que eso ocurra, primero hay que derribar las barreras que la frenan”.

El mensaje es contundente: el futuro del seguro será liderado por quienes integren IA de forma estratégica y la soporten con plataformas modernas y adaptables. La oportunidad está servida. El riesgo, también. Y en esta carrera, quienes no actúen hoy podrían quedar irremediablemente rezagados mañana.